Buscan disminuir los desechos orgánicos que se envían desde la mina al landfill municipal de Rivadavia. Producen compost que eventualmente podrá ser entregado a instituciones o huertas de Calingasta.

Desde hace un tiempo los residuos orgánicos de la mina Casposo, Calingasta, tienen un nuevo destino: Su reciclaje mediante la utilización de lombrices rojas californianas para la producción de compost. Así, los desechos de la preparación de alimentos, sobrantes del comedor, el papel del lavado de manos, algunos cartones como los de huevos, los residuos generados en la poda de arbolado, desmalezado y hasta las hojas caídas de los árboles a causa de los procesos estacionales; se convierten en el alimento de la lombriz para su reciclado natural.

Se trata de un proyecto piloto cuyo objetivo será disminuir los residuos orgánicos que se envían desde la operación Casposo al landfill municipal de Rivadavia, así como la reducción de las emisiones de CO2 por menor cantidad de transportes de basura desde la mina a San Juan y viceversa. “Se busca que el conocimiento y aprovechamiento de esta tecnología, redunde en una mejor segregación y disminución de volumen de los residuos sólidos urbanos.

Además, el proyecto tiene como finalidad posibilitar la transferencia de conocimientos a los vecinos e instituciones de Calingasta de modo que puedan realizar su propia producción de humus y mejorar el rendimiento y la calidad de sus cultivos”, explicó al respecto Julián Ortiz, responsable del Área de Medio Ambiente en Casposo.

Bajo el asesoramiento experto de Blanca Montenegro, presidenta de la Federación Agraria de San Juan y reconocida lombricultora, el proyecto está en una etapa inicial con el desarrollo de pruebas tendientes a lograr el manejo satisfactorio de todas las variables que intervienen para conseguir un proceso controlado en calidad y tiempo.

El proceso de compostaje se realiza en la finca que la empresa posee en Villa Corral, ubicada a 20 km de la operación minera. En términos generales este proceso consiste en la transformación de los residuos en humus, producido por la oxidación aeróbica generada por las lombrices. “La lombriz californiana asimila el 40% de lo que come y excreta el 60% del material ingerido, este excremento constituye el humus de lombriz. Este producto es muy apreciado para la agricultura y el cultivo de plantas ornamentales”, explicó Ortiz.

En esta primera etapa del proyecto se definió el sector donde realizar las camas de vermicompostaje, teniendo en cuenta ciertas variables como la orientación geográfica de las camas en función de que no se vean afectadas por la radiación solar, la dirección predominante del viento, puntos cardinales y la disponibilidad del agua. Según la fuente, se prevé que la iniciativa tenga continuidad en el tiempo mediante la transferencia de conocimientos, además de poner a disposición de la comunidad el compost generado en la mina. Por otra parte, también se evalúa la posibilidad de entregar gratuitamente los núcleos de lombriz para que los interesados puedan comenzar su propia producción.

Diario de Cuyo