En lugar de sujetarse al molde agroexportador del país, esta basado en el pensamiento de Schickendantz y Lafone Quevedo.

Una investigación surgida de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa), basada en 9 escritos de los pensadores Federico Schickendantz y Samual Lafone Quevedo, propone que la provincia direccione su política económica y de desarrollo hacia un modelo industrial en lugar de la economía agraria que se comenzó a tornear a finales del Siglo XIX desde la Pampa Húmeda. El trabajo sugiere, incluso, la reflexión sobre hábitos de base cultural, como la posibilidad del cambio en la alimentación del catamarqueño, principalmente fundada en la carne.
El estudio, titulado “Escritos Económicos” y cuya cuarta edición (de 600 páginas) fue presentada esta semana en la casa de altos estudios local, es autoría de Raúl Caro, e interpreta y ofrece sugerencias basadas en los mencionados escritos redactados entre 1870 y 1900. “Son escritos que tienen que ver con la problemática económica, con el desarrollo y el crecimiento de Catamarca”, dijo el investigador a El Esquiú.com.
Caro explicó que los pensadores proponen la construcción de una provincia industrial, que extraiga y aproveche los recursos primarios provenientes de la agricultura, la ganadería y la minería, etc., procesarlos, manufacturarlos y comercializarlos, evitando detenerse en la mera producción de bienes primarios.
“Surgen innumerables ideas de qué hacer y cómo hacerlo, con apoyo científico en la geología de Catamarca y considerando los recursos mineros que tenemos. Lo notable de esto es que fue escrito a finales del Siglo XIX”, sostuvo. Los escritos originales proponen, entre otras cosas, fabricar coñac, vino y cerveza, pero también producir vidrio y botellas para envasar las bebidas e iniciar el circuito de comercialización.
“Schickendantz y Lafone nos proponen, incluso, cambiar la dieta del catamarqueño, que en aquellos años y actualmente se basa en la carne. Ellos sugieren una serie de verduras que se producen en la provincia, incorporarlas en la dieta para mejorar la alimentación y economizar gastos de consumo”, se explayó.
El trabajo también contribuye con ideas para fabricar perfumes, medicamentos, algodón y telas. Algunos de estos lineamientos sí se han seguido, tales como la producción de aceite de oliva, pero, en general, se propone ir en contrasentido del modelo agroexportador que en el país comenzó a tomar forma en la segunda mitad del Siglo XIX, paradójicamente promovido por presidentes provincianos como Domingo F. Sarmiento (sanjuanino), Nicolás Avellaneda y Julio Roca (ambos tucumanos), y por Bartolomé Mitre. “Cuando uno se pregunta por qué Catamarca no lograba afianzar ese proyecto industrial y, sin embargo, Tucumán, Salta y Jujuy sí lo hacían gracias a la caña de azúcar, advierte que en los ingenios trabajaban los nativos que sobrevivieron a la Conquista del Desierto, fueron expatriados en la isla Martín García y luego sometidos a trabajos forzosos”, concluyó Caro.

El Esquiu