En las localidades de la provincia más influenciadas por la actividad minera, se vienen desarrollando jornadas de reflexión, capacitación y prevención apoyadas económica y logísticamente por empresas mineras, lo que constituye un aporte que muchas veces es más importante que el que se hace para obras o infraestructura.

A mediados de esta semana, en las instalaciones del Cine Teatro Talía de Puerto San Julián, se llevó a cabo una interesante charla de dos horas de duración, sobre adicciones, sexualidad y HIV/Sida en la adolescencia, que estuvo a cargo del Dr. Héctor Pérez y fue seguida con gran atención por las más de 400 personas que se hicieron presentes.

La charla fue el resultado de la suma de esfuerzos de la minera santacruceña Cerro Vanguardia y de la filial local de OSDE, y contó con la importante colaboración de la Dirección de Educación para Zona Centro, que impulsó la participación de docentes y alumnos sanjulianenses.

Asistieron a este interesante abordaje de la problemática de las adicciones en adolescentes, los alumnos de los últimos 3 años de todas las instituciones educativas de Puerto San Julián y sus respectivos docentes, como así también representantes de Prefectura, Policía, médicos del Hospital local, y medios de prensa, entre otros; en tanto que las organizadoras estuvieron representadas por el Gerente General y el Gerente de Recursos Humanos y Sustentabilidad de Cerro Vanguardia, Jorge Sanguín y Hernán García, respectivamente, y por Silvina Argüelles y Guadalupe Vidaurre, de OSDE, a quienes acompañó Fabiana Luján de la Dirección de Educación para Zona Centro, que encabeza Gabriel Chávez.

Dos meses antes, en la misma localidad, la minera también había impulsado, esta vez por una iniciativa de su propia área de Recursos Humanos y en una tarea conjunta con las autoridades educativas, jornadas de orientación vocacional para estudiantes de los últimos cursos del secundario, también con carácter gratuito y con el aporte de profesionales.

Por la misma época, Yamana Gold –la minera que opera el proyecto Cerro Moro a través de su subsidiaria Estelar Resources en cercanías de Puerto Deseado– cerró en la localidad portuaria de Santa Cruz, la primera edición local de su Seminario de Alianzas, un programa que genera un espacio comunitario en el que las asociaciones civiles del lugar seleccionan proyectos comunitarios que luego serán financiados en parte por la compañía, y que reditúan en beneficios sociales para determinados grupos o sectores de la misma sociedad.

Iniciativas similares se replican en Perito Moreno gracias al aporte de Minera Santa Cruz, Goldcorp Cerro Negro y Patagonia Gold, o en Gobernador Gregores, donde ha sido crucial la apuesta en ese sentido de Minera Triton Argentina. Y también se registran, en muchos casos, propuestas motorizadas por proveedores de la industria minera, como el caso de la prestadora de servicios de alimentación Cookins y sus cursos de capacitación comunitaria en hotelería y gastronomía turística.

Lo llamativo y destacable de estas propuestas, es que la participación de las empresas intervinientes no se reduce al simple desembolso de dinero para pagar pasajes o estadías de capacitadores o disertantes, sino que se trata de compromisos activos de participación con asociaciones no gubernamentales que iniciaron la actividad, e incluso en algunos casos de iniciativas propias de la compañía minera.

Y el otro ingrediente a destacar es que estas iniciativas no apuntan a atender necesidades o situaciones que surgen con la presencia de la minería en el lugar o que podrían ser aprovechadas por las mismas empresas, sino que se trata de inversiones de profundo sentido social, que abonan el crecimiento comunitario y fortalecen el tejido social, del cual la minería es un integrante más y no el protagonista central.

Apostar al verdadero desarrollo

Durante muchos años, el aporte de las empresas estatales o privadas que desembarcaban en una comunidad determinada –independientemente del tipo de actividad que desarrollaran–, se dividían en donaciones sin más compromiso que la entrega de un cheque, o en financiación de obras de infraestructura necesarias para atender las necesidades que la misma empresa generaba, o que el intendente o gobernador pedía como una suerte de peaje para permitirles desarrollar su negocio.

Pero así como las sociedades han evolucionado, las empresas también lo han hecho, y es así que vemos cómo se registran apoyos a compromisos comunitarios que en apariencia nada tienen que ver con la minería, o que no les generarían un rédito directo, pero que en realidad sí lo hacen, ya que generan un mayor anclaje social, y a la vez aportan, muchas veces de manera sustancial, al crecimiento de la sociedad como tal, en valores, en inclusión y en futuro.

AIMSA-SantaCruz