¿Dónde quedará el discurso de quienes se opusieron todo este tiempo, a que en Santa Cruz se gravara la renta minera, sosteniendo que las empresas dejarían la provincia y que con esa medida se desalentaba la inversión? ¿Qué dirán las mineras a través de su Cámara, ahora que la modificación de las reglas podría venir directamente de la mano de la propia presidenta?¿Emitirán un comunicado de repudio por la política errática del gobierno nacional y lo acusarán de cambiar las reglas del juego?¿Amenazarán con irse del país? ¿Las mineras no se harán cargo de los escombros, como dijeron en Santa Cruz? (Por: Rubén Lasagno)

Entre las medidas que estudia tomar la presidenta, para subir el piso del Impuesto a las Ganancias y a fin de no perder los 15 mil millones que esta decisión le implican dejar de recaudar, CFK prevé aumentar las retenciones a las mineras, esto equivale a decir que el gobierno, por absoluta necesidad de financiamiento, les va a cambiar las reglas de juego a las multinacionales mineras para engrosar su caja, dado que es cada vez más estrecho el círculo económico de donde el Estado puede obtener divisas genuinas para solventar el extremado gasto público que posee.

Ahora bien, todos recordamos que cuando el Ejecutivo provincial habló de gravar con un impuesto minero a las operadoras en Santa Cruz, hubo un lobby extraordinario por parte de los diputados del Frente para la Victoria y también de parte de las empresas mineras, asociadas en la CAMICRUZ, cuya sórdenes disparaba Mayoral desde Balcarce 50.

Esta posición, eminentemente política de parte del FPV, también demostró un claro alineamiento de algunos legisladores, con las empresas para la cual prestan servicios en el sector privado y por ahí, sobrevoló la sospechas de alguna presión corporativa para lograr que el gobernador Peralta dejara de lado la idea de presionar con sacarle a la renta minera mayor utilidad, a pesar de que la mayor parte de ella se la lleva el Estado nacional.

En tren de promover una campaña para generar una corriente de opinión contraria a la decisión del Ejecutivo y capital la idea de que los diputados “defendían el interés de la gente y el futuro de la provincia”, desde el Vicegobernador Fernando Cotillo, pasando por los Intendentes alineados a CFK y terminando por diputados como Mauricio Gómez, Matías Bezzi, Esther Labado, Rubén Contreras o Leonardo Álvarez, consolidaron un frente de resistencia interno en la Cámara de Diputados, desde donde una y otra vez rechazaron la iniciativa del gobierno, alegando los más disímiles argumentos, entre ellos la falta de transparencia política al cambiar las reglas de juego con las empresas, la poca estabilidad jurídica que conseguía, la falta de seriedad con quienes habían venido a invertir a la provincia, se criticó la iniciativa como un mecanismo “auyenta-inversion” y luego se vaticinó desempleo por desinversión minera, se presumió que caerían muchas Pymes, las cuales viven del trabajo minero en forma indirecta y (como es de manual) apelaron a la sensibilidad social frente al siempre visible fantasma del desempleo, para conmover a los santacruceños y hacerles comprender que si las mineras se enojaban, iba a quedar mucha gente en la calle, aunque ya todos saben que el 90% o más de la mano de obra que emplean las mineras, es del norte del país o extranjera.

Cuando yo era chico, para poner entre la espada y la pared a quienes debían volver del ridículo, ya que por distintas circunstancias debían desandar sus pasos y desdecirse de una posición que habían defendido a muerte, para enarbolar como propios los argumentos exactamente opuestos a los que mostraron como convicciones irreductibles, se les preguntaba ¿Y ahora de qué te vestís? O ¿De qué te disfrazás?.

Traspolando esta sencilla pregunta a nuestra realidad provincial, yo le preguntaría a los diputados del FPV ¿Y ahora de qué se van a vestir, cuando a instancias de la presidenta, deban salir a justificar que la burla a las normas establecidas en la Ley Minera (en este caso) es una necesidad; que aumentar las retenciones es beneficioso para el país y no importa la opinión de las empresas; cuando tengan que expresarle a la gente cómo las mineras ganan más de los debido y que por tal motivo están en condiciones de aportar en beneficio del financiamiento que necesita hoy el Estado nacional?.

Lo más grave de todo es que el aumento de las retenciones mineras no son parte de las regalías coparticipables, es decir, que la nación se queda con todos esos fondos mineros y no reparte ni un solo centavo para las provincias, con lo cual deberán excluir los argumentos demagógicos del reparto equitativo y el inaplicado “Federalismo” .

Independientemente del objeto por el cual se alteren las reglas de los contratos (sea para compensar un déficit provincial o nacional) el hecho en sí es tan traumático para las inversiones en un caso como en otro, por lo tanto, necesariamente debería corresponderle una respuesta rápida y contundente, de parte de la CAMICRUZ, por las mismas razones que sostuvo en Santa Cruz, cuando consideró “un despropósito y una forma de desalentar la minería” el pedido oficial de aporte a través de un instrumento recaudatorio, como el instrumentado por Peralta.

Esto decía la CAMICRUZ en uno de sus últimos comunicados, con referencia a la creación del impuesto minero:

“Estamos alarmados por el futuro de la Industria Minera en la Provincia de Santa Cruz. También lo estamos por la economía y la inclusión social de sus habitantes. Peligra esta actividad, que es legítima e indispensable para la vida cotidiana, además de ser un poderoso motor, generador de fuentes de trabajo.

El motivo es que en Santa Cruz se pretende crear nuevos y exagerados impuestos, regresivos y confiscatorios, que condenan a los proyectos en operación, a los que están en construcción y que detendrán totalmente la exploración.

Una actividad en problemas La minería es un sector establecido, clave para Santa Cruz. Su suelo encierra un potencial geológico que podría materializarse en decenas de proyectos de mediana envergadura, con elevadísima incorporación de fuentes de trabajo. En los pocos años que lleva la minería en la Provincia, se han creado numerosas pymes proveedoras y se fortalecieron las redes profesionales vinculadas con la tecnología, la ingeniería y la ciencia.

La minería es una pieza importante de la actividad económica local y nacional, pero no es una fuente ilimitada de recursos.

La compleja situación que atraviesa la minería a nivel internacional, debido a la brusca caída del precio de los metales, se suma a un escenario local de pérdida de competitividad generada por el continuo incremento de costos en dólares y la ya elevada presión fiscal.

La minería destina más del 50% de sus ingresos a impuestos que se reparten entre la Nación y las provincias. El resto se destina en su mayor parte a salarios, insumos, equipos e infraestructura.”

¿Pensarán lo mismo ahora, la CAMICRUZ y los legisladores del FPV? ¿De qué se van a vestir, cuando deban salir a justificar todo lo contrario de lo que dijeron hasta hoy? ¿Quedará expuesto ante la opinión pública de queaquello era todo una falacia y que la negativa a brindarle herramientas a Santa Cruz para paliar su déficit, a costa del retraso de los pagos de salarios, era solo por cuestiones de egoísmo político y peleas internas del propio partido gobernante?.

Agencia OPI Santa Cruz