Cuando los españoles llegaron a América del Sur en el siglo 16, no tardaron en oír hablar de una leyenda que dice que en algún lugar del continente existía un gran imperio donde las ciudades eran de oro.

Se trataba del mito de Eldorado, que despertó la codicia de los conquistadores, y en 1535, se organizaron dos expediciones para explorar el territorio de la actual Colombia, en busca de esta tierra fantástica.

Los europeos no encontraron Eldorado, pero entraron en contacto con pobladores que atesoraban monedas de oro porque creían que el metal era sagrado. Después de conquistar y saquear estas poblaciones, los colonos guardaron estos tesoros durante siglos, hasta que en 1939 quedaron reunidos en un solo lugar: el Museo de Oro en Bogotá. Actualmente, esta institución reúne la mayor colección del mundo de piezas producidas por poblaciones prehispánicas del metal precioso.

El museo, situado en el histórico barrio de la Candelaria, cuenta con 34 mil piezas de oro, repartidas en cinco habitaciones que se extienden sobre una superficie de 13 mil metros cuadrados en total. En la primera sala se explican las técnicas de minería y manufactura utilizados por los indígenas, recursos que transformaron la naturaleza en obras de arte.

El segundo espacio cuenta la historia de los pueblos que habitaron Colombia antes de la llegada de los españoles, que revela cómo vivían y cuáles eran sus tradiciones. El siguiente entorno, llamada “Cosmología y simbolismo”, habla sobre el significado que los objetos de oro tenían para los indígenas y reúne a algunas de las obras maestras de la colección del museo.

La Sala de Ofrendas es un salón que conecta el cielo y la tierra a través de seis ventanas cilíndricas, que muestra el papel de la religión sagrada del oro de los pueblos antiguos. Por último, la quinta sala, llamada “exploratoria”, en donde se muestran interesantes vídeos, maquetas, mapas, juegos y otros recursos.

Fundado en 1939, cuando el Banco de la República aprobó la protección del patrimonio colombiano, el museo comenzó con sólo 1.400 piezas, pero hoy en día reúne la colección más completa del mundo sobre el tema. Y la mejor manera de familiarizarse con la institución es aprovechando una de las visitas guiadas al Museo de Oro.

El tour se realiza de martes a sábado, en español o inglés. A través del recorrido, los visitantes aprenden todo el simbolismo y la importancia del oro para las comunidades precolombinas.

El Museo del Oro se encuentra en el Parque de Santander, la quinta esquina de la calle 16. El sitio está abierto de martes a sábado de 9h a 18h, y las entradas cuestan 3.000 pesos colombianos (poco menos de 4 dólares EE.UU.). Los domingos la entrada es gratuita y ese díafunciona de 10 a 16 h.

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