Antes de viajar a China, el gobernador Francisco Pérez admitió que “hoy es imposible” saber como continuará el proyecto y señaló que su deseo es que la provincia esté presente en la negociación, aunque legalmente no es obligatorio.

Con la cabeza puesta en conseguir algún interesado en China, Francisco Pérez se fue de gira el viernes con la incertidumbre a cuestas por el futuro del proyecto frustrado de extracción de sales de potasio en Malargüe. Tras la confirmación conocida en esta última semana de que los dueños del negocio –la brasileña Vale– venderán sus acciones y dejarán de explotar el yacimiento, el gobernador reconoció que “hoy por hoy es imposible” saber a ciencia cierta cómo y de qué manera seguirán adelante con la mina.

“Hoy por hoy es imposible saber cómo seguirá el proyecto, y lo que estamos haciendo ahora es comenzar una etapa de consultas. Lo que sí tenemos en claro es que haremos todo lo posible para que Vale no sólo allane el camino de venta que anunció, sino que también exigiremos tener participación en ese proceso de venta”, dijo Pérez a Diario UNO, horas antes de subirse al avión que ya lo depositó en Oriente.

Con esta frase, el mandatario anticipó una de las estrategias que seguirá su gobierno desde mañana y que apunta, en primer lugar, a una cuestión. Más allá de que Vale venderá su participación accionaria y no el proyecto en sí (la diferencia está en que no necesita autorización del Gobierno de Mendoza para desprenderse de las acciones), la Provincia buscará sentarse a la mesa de negociaciones entre el vendedor y el comprador de ese paquete accionario.

En el 2008, Vale le compró las acciones a la inglesa Río Tinto para extraer las sales en el Sur mendocino y, en aquel momento, la Provincia quedó fuera de la negociación.
Mendoza no participó porque sólo se hizo una venta de acciones y no había, en ese momento, ni declaración de impacto ambiental como tampoco había un acta acuerdo ente la empresa y Vale, como existe ahora y que fue ratificada por ley.

“El nuevo inversor, como cualquier privado, se tiene que sentar con el Gobierno para acordar condiciones. No es lo mismo lo que pasó en el 2008 que ahora, con lo cual vamos a ir viendo de todos estos interesados cuáles van a tener más incidencia y peso. En esto, lo importante es la empresa, que dice que no se va a sentar en el yacimiento y que va a allanar la venta”, dijo Pérez.

El sábado y el domingo próximos, el gobernador se entrevistará en China con al menos tres de los seis interesados que –según el propio mandatario– al menos preguntaron por el proyecto.

Los otros tres, siempre según Pérez, son empresarios de capitales argentinos. Pero el gobernador se resiste a dar sus nombres.

El nuevo shock de los brasileños

El martes, la empresa blanqueó la decisión de vender su participación accionaria en el proyecto de sales de potasio de Malargüe, en una reunión tensa que se llevó a cabo en el Congreso nacional entre representantes de los privados, el propio Pérez, legisladores nacionales por Mendoza y funcionarios nacionales. Entre éstos estaban el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el secretario de Minería, Jorge Mayoral.

Allí, el Gobierno de Mendoza se enteró no sólo de la intención de venta por parte de la empresa brasileña, sino también de que hacía tiempo que la decisión estaba tomada.

“Toda la negociación era una mera excusa para ganar tiempo, y una decisión de esta naturaleza no se toma de un día para el otro. Esto se ha tomado desde noviembre o diciembre y viene de la mano de lo que ha pasado en otras partes del mundo. Fue una tomada de pelo y una infeliz sorpresa”, se quejó el gobernador en su momento.

Más malas noticias

Sumado a esto, el gobernador mendocino recibió otra mala noticia: el representante de la empresa reveló que había mantenido al menos 20 reuniones con la Nación por este conflicto en los últimos meses, de las cuales el Gobierno mendocino no tenía conocimiento de gran parte.

Superado el nuevo shock, el Gobierno buscará rearmarse en estos próximos días para ver de qué manera reactiva los trabajos.

Pérez en persona es el encargado de buscar un nuevo accionista, por un lado, mientras que, por otro, espera que Vale le comunique con quién está negociando la venta de las acciones del proyecto que naufragara en Malargüe.

En este punto será clave la reunión que el próximo 25 Cristina Kirchner tendrá en Buenos Aires con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff , porque Paco está esperanzado en obtener alguna respuesta concreta.

El otro paso será continuar con las tareas de contención de daños tras la salida de Vale. Sobre este tema se habló el miércoles en una reunión del Gobierno con las cámaras de la construcción en Mendoza.

érez les propuso a las constructoras que tomen personal que quedará cesante de la minera (unas 2.800 personas) cuando se venza la nueva prórroga de la conciliación obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo, en las nuevas etapas que vienen de construcción de viviendas.

Y, por último, intentará cerrar dos temas más. Uno, vinculado a una reformulación del proyecto y en ver cómo al menos se encuentran inversores para terminar el yacimiento, que está construido en un 60% y que requiere una inversión de $1.500 millones más.

Aquí se está trabajando con personal técnico de YPF, que sólo está aportando su conocimiento para ver de qué manera se puede rearmar todo.

La petrolera de bandera estatal no tiene intenciones de participar en el negocio, tal como lo adelantó su titular, Miguel Galuccio, en la última visita que hizo a Mendoza, hace poco más de quince días.

Un camino ya está descartado: Mendoza no buscará la quita de la concesión a Vale. Y no porque no quiera, sino porque no puede. Pérez admitió que, desde el punto de vista legal, “no hay argumentos fuertes” como para tomar una determinación en ese sentido.

Diario Uno