Su empresa es pionera en brindar servicio a las camionetas de la minería. Este amante de las motos y de los autos antiguos destacó el crecimiento de la provincia.

Desde que era un adolescente y estudiaba en la escuela Boero, sabía que lo suyo eran los motores. Su padre aspiraba a que él, único hijo varón, continuara el taller de tapicería de la familia; pero también le aconsejó que hiciera lo que le gustaba y lo que lo hacía feliz. Por eso, Freddy Vargas, con su título de Técnico Mecánico bajo el brazo, se puso a trabajar en una fábrica vinculada a los ciclomotores.
Hoy es el propietario de Freddy El Taller, especializado en mecánica de alta montaña, y aunque empezó a dar servicios a la minería a fines de los ’90, dijo que la actividad debe derramar a todos los sanjuaninos y que gracias a ella la provincia va a seguir creciendo.
En el ’91 pasó a trabajar en su propio taller de motos y en el ’95 comenzó a incursionar en los vehículos que traían las primeras mineras Peñoles y Minas Argentinas, en plena etapa de exploración. En el 2001, su taller ya era el lugar de confianza de la minería y comenzó a trabajar en altura, en los mismos emprendimientos. En el 2003, un grupo de 12 mecánicos suyos se instalaron en la montaña y esa unidad de trabajo continúa hasta el día de hoy haciendo el servicio oficial Toyota en alta montaña. El taller de Freddy creció tanto que hoy ocupa un espacio de 4.000 metros cubiertos y ocupa a 90 trabajadores. Ya no sólo brinda servicios a los vehículos livianos, sino también a máquinas Caterpillar, Liebherr, Komatsu, en Veladero, Pascua Lama y Gualcamayo.
Freddy y sus empleados se fueron capacitando, haciendo cursos, especializándose en cada motor, en cada modelo. En los vehículos livianos no hay nada que Freddy no pueda arreglar y en las máquinas de gran porte no hay límites con las tareas técnicas, pero aún son un obstáculo las tareas de tipo electrónico. Vargas aseguró que los límites van de la mano de la necesidad del cliente, a veces, por lo inhóspito del lugar, surgen problemas eléctricos y son los que deben tercerizar, pero siempre dan soluciones.
“Sin dudas el crecimiento mayor vino de la mano de la minería. Pero también es cierto que tenemos clientes del ’98 que nos siguen, como Energía San Juan, Nobleza Picardo y otras empresas, que a lo mejor son contratistas de mineras y llevan muchos años con nosotros. Agradezco a la minería, pero nos formamos con el cliente de San Juan, ese que tenía una moto o vehículo particular”, señaló Freddy.
En el 2005, Veladero demandaba muchísimo lugar a sus contratistas para servicios de camiones y necesitaban tener mayor espacio. Por entonces, la venta de repuestos estaba en Rawson y San Luis, pero había quedado chica al igual que el taller, los clientes tenían que estacionar en doble fila para comprar algo y no era un trámite fácil. Hoy, todas las unidades de negocios, repuestos, taller, alquiler y recursos humanos, están centralizadas en Libertador y Santiago del Estero, donde cuentan con una gran playa donde el cliente puede dejar su auto o camioneta.
“Que no aparezcan varios proyectos mineros juntos, nos permite a los proveedores locales, a las pymes, poder hacernos más fuertes. Hoy en día pocas cosas nos asustan, pero si hoy empezara Pachón, con Pascua Lama en sus inicios, sería una gran complicación para las pymes. El futuro lo veo con grandes posibilidades para todos los sanjuaninos”, señaló Vargas.

Fuera de ruta

Los hobbies de Freddy están invariablemente unidos a su trabajo, que también es un gusto según dijo. Y cuando no está en el taller, está ocupándose de las actividades que lleva a cabo como presidente de la Asociación Sanjuanina de Enduro y Rescate (ASER). “Me demanda muchísimo tiempo, pero siempre mi corazoncito está vinculado a las motos”, dijo. Con ASER, fue parte de la organización de la Vuelta de San Juan del Campeonato Argentino de Motocross, luego del Campeonato Argentino de Enduro y del Campeonato Mundial de Enduro. El grupo tiene su propio predio social y deportivo en Ullum, en las inmediaciones del embarcadero. “Es lo que me gusta, es lo que me hace sentir bien, es mi cable a tierra”, aseguró.
Aunque los viajes largos en moto, que realiza con un grupo de amigos, y coleccionar autos de los ’60 y ’70, también son algunos de sus hobbies.
Su familia, su esposa y sus cinco hijos, lo apoya y comparte con él muchas de sus actividades. Los tres hijos varones, David, de 21 años; Nicolás, de 15; y Jeremías de 8 años, son fanáticos del motociclismo y son corredores como su papá, “con ellos tengo una gran conexión, el mayor trabaja conmigo en la empresa. Con las chicas, Gabriela de 19 años y María Sol de 1 año y medio, hay muchos reclamos, (risas). Pero gracias a Dios tengo una familia grande, ya llevan sus novios y sus amigos, así que siempre hay mucha gente en mi casa; además yo soy muy amiguero”.
Aunque su madre y su padre ya fallecieron, Freddy está satisfecho porque pudieron verlo como un empresario exitoso. “Siempre agradezco los consejos de mi papá que me decía que hiciera lo que me hiciera feliz. Gracias a sus consejos seguí mis deseos y he podido hacer siempre lo que me gustaba. Disfruto mucho de mi trabajo y esto lo logré gracias a mi papá”, confesó.

Sobre San Juan

“El crecimiento de San Juan ha sido muy notable; primero gracias a una buena administración y luego, de la mano del crecimiento minero. Estamos pasando por el mejor momento que en mis 44 años haya visto, hay que aprovecharlo de manera que nos beneficie a todos. El crecimiento económico es magnífico, se han llevado a cabo obras que por décadas las he visto paradas y este crecimiento de la provincia va a seguir. En San Juan estamos un poco aislados de los grandes problemas del país y la provincia se está sosteniendo gracias a la administración del gobierno y a la minería que hace su aporte y es muy bueno”.

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