Diego Hernández, el conocido ejecutivo minero que tomó el mando del grupo chileno Antofagasta el mes pasado, apuesta por el crecimiento en su país para elevar la producción de la firma, mientras intenta superar los problemas de su principal yacimiento.

Hernández, que renunció como presidente ejecutivo de la estatal chilena Codelco en mayo, dijo que Antofagasta no tiene planes de retrasar inversiones en su nueva serie de proyectos de crecimiento en Chile, incluyendo la prometedora pero costosa mina Antucoya de 1.700 millones de dólares, pese a la incertidumbre de los mercados.

“Necesitamos ser cautos, pero no hay razón para detener todos nuestros proyectos. No estamos, en este momento, cerca de ninguna decisión de ejecución”, dijo a Reuters.

“No hay razón para el pánico y detener todo”, agregó.

Hernández, con el estilo conservador conocido por los inversionistas de Antofagasta, dijo que el grupo no tiene oportunidades “urgentes” fuera de Chile, donde no ha tenido un buen pasar.

A fines del año pasado, comenzó un arbitraje internacional sobre su proyecto Reko Diq en Pakistán, después de que el Gobierno local rechazó su solicitud de licencia minera.

Hernández dijo que esperaba que el mercado del cobre muestre un equilibrio o un superávit marginal el próximo año, ya que los proyectos de competidores estaban afectados por retrasos.

“Somos optimistas para el mediano a largo plazo”, afirmó.

“Lo que es seguro es que si nos devolvemos seis meses, y todos los proyectos anunciados en ese momento estuvieran construidos de acuerdo a los anuncios, el riesgo era un superávit a contar del 2014 y perduraría tres ó cuatro años. Eso ha cambiado completamente debido a los retrasos”, agregó.

Hernández dijo que no veía mayores variaciones para los cargos de tratamiento y refinación de cobre (TC/RC), pagados por las mineras para refinar el concentrado en metal.

“Es temprano, porque la negociación comenzará en octubre, pero hemos visto bastante bajos los TC/RC en el mercado spot”, dijo Hernández.

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