Después de la expropiación de YPF, en el oficialismo ya trabajan para aumentar la recaudación sobre un sector en auge. Los proyectos para modificar el régimen impositivo y el modelo Fomicruz. Los ansiosos, señales que les permitan vislumbrar los próximos pasos que dará el Gobierno. La expropiación de YPF los ha dejado, al menos, perplejos. Sabedores de que los recursos naturales del subsuelo se han vuelto un mandamiento relevante en el evangelio kirchnerista, esperan ahora una avanzada estatal sobre la minería. Lectores de diarios internacionales y buceadores de archivos hallan pistas al respecto. No les resultó extraño que el pasado 26 de abril, en un reportaje publicado en la contratapa del diario El País de Madrid, Estela de Carlotto respondiera con soltura a una pregunta sobre la medida referida a la petrolera, y luego agregara: “Vendrán más. Ahora, las mineras”. En el mismo sentido, el año pasado, durante una conferencia realizada en la Casa del Bicentenario, con platea ideológica afín y la confianza que brinda creer que no hay periodistas presentes, José Sbatella, titular de la Unidad de Información Financiera, fue contundente: “La renta minera está intacta. Es un sector que no refina en la Argentina. Así que no sabemos cuánto se llevan. Es absurdo que no se pueda controlar. Hay que modificar eso a futuro”. La pregunta, a esta altura, es de qué manera podría producirse la avanzada estatal. Hoy, la actividad paga un 3% de regalías a las provincías, dueñas de los recursos desde la reforma constitucional, y abona entre un 5 y un 10% por retenciones. Y goza de varios privilegios, entre ellos la estabilidad fiscal por 30 años, una cifra sin precedentes en el derecho internacional.
UNA MINA DE ORO. La minería argentina tiene un antes y un después de los 90. En las décadas previas el sector explotaba rocas destinadas a la construcción, y las provincias más beneficiadas eran Buenos Aires y Córdoba. La irrupción de la minería metalífera -oro, plata y cobre, entre otros- puso el mapa patas arriba. Según un informe de la consultora Economía y Regiones, Catamarca encabeza la lista. Los ingresos mineros en esa provincia tienen una participación del 16,9% del Producto Bruto, seguido por San Juan, con el 9%. Muy detrás se ubica Santa Cruz (2,3%) y Jujuy (2%), entre otras. Las facilidades desde el plano fiscal y un contexto internacional acorde alentaron la inversión en el país. La crisis mundial hizo que los ahorristas volvieran a refugiarse en el oro y así la onza superó los u$s 1.500, tanto en Londres como en Nueva York. No es casual entonces que las inversiones hayan crecido en la Argentina 1948% en los últimos nueve años, totalizando u$s 11.708 millones. Los números publicados por la Secretaría de Minería de la Nación hacen relamer a los recaudadores. Las exportaciones se dispararon un 434%, facturando u$s 16.310 millones en 2011. Por eso es que en el Gobierno no dudan en bautizar este período como “la década de la minería”, y piensan que un retoque fiscal engrosaría en mucho las arcas nacionales. Emprendimientos como Cerro Moro, en Santa Cruz; Potasio Río Colorado, en Mendoza; Agua Rica, en Catamarca; Pascua Lama y El Pachón, ambos en San Juan, sumarían unos u$s 11.000 millones en inversión directa sólo en la inicial fase inicial. Yendo a nombres propios, y poco después de la expropiación de YPF, la Barrick Gold anunció que invertirá este año u$s 1.500 millones en las minas de Veladero y el proyecto Pascua-Lama. EXPLORANDO. En los despachos de la Cámara de Diputados acumulan polvo las carpetas con borradores que apuntan a modificar la legislación vigente. “Los puntos más controvertidos de este plexo normativo son la estabilidad fiscal prolongada y el monto inadecuado de las regalías”, dice un proyecto firmado por los diputados Juan País y Jorge Cejas, del Frente Para la Victoria de Chubut y Río Negro, respectivamente. El plan pasaría por elevar las regalías a un piso del 10%, y disminuir la estabilidad fiscal a 5 años. Ese es un ítem central en el que coinciden casi todos. “Hay varios proyectos de modificación de regalías en la Cámara de Diputados, y uno escucha que hay algún interés de hacer alguna variación -explica Damián Altgelt, gerente general de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)-. Lo que el Gobierno ha venido diciendo en ese sentido apunta más a acciones que de alguna manera vuelquen más recursos de la minería en las comunidades locales, por ejemplo la creación de empresas públicas estatales, o la creación de fideicomisos”. “Vendrán más (medidas como la expropiación de YPF). Ahora, las mineras”. Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. @ “La renta minera está intacta. Es absurdo que no se pueda controlar. Hay que modificar eso a futuro”. José Sbatella, titular de la UIF.
QUE DICEN LOS THINK TANKS KIRCHNERISMO MINERO
Una de las usinas del pensamiento económico kirchnerista, AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina), marca el rumbo que podría seguir el Gobierno. En un documento de 25 páginas elaborado por Gaspar Tolón Estellares bajo el título “Situación Actual de la Minería en Argentina”, sostiene: “Los frentes sobre los cuales es posible avanzar en el plano fiscal son tan numerosos como los privilegios con los que cuenta actualmente la industria minera”, y agrega: “De pretender recuperar la actividad minera como componente de la matriz productiva local, la reforma de su marco normativo aparece como elemento imprescindible, recuperando para el Estado las herramientas que hacen a su capacidad de regular el desarrollo económico”. El pasado lunes 7, durante la celebración del día de la Minería en la ciudad de Salta, los empresarios escucharon las conciliadoras palabras del Secretario de Minería, Jorge Mayoral, quien acercó la posición del Gobierno, afirmando que no habrá expropiaciones, pero que se avanzará en la conformación de empresas mixtas. Más de un minero enarca las cejas. Al menos, respiran, por ahora no hubo menciones al urticante tema de las flacas regalías. En la Cámara, piensan que el Gobierno no avanzará por el sendero de los impuestos, porque eso “afecta la competitividad argentina”. El ejemplo al que miran con devoción todas las provincias de la recientemente creada Ofemi (Organización Federal de Estados Mineros), compuesta por Jujuy Salta, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Neuquén, es la santacruceña Fomicruz, que ha logrado obtener una participación del 7,7% en la explotación de oro de Cerro Vanguardia.
BOCA DE MINA. Las distorsiones prevalecen en el mercado minero local y uno de los puntos centrales es lo que se denomina el valor del mineral a boca de mina, al que se Uega luego de descontársele los gastos de la producción. “En la Argentina se tritura la roca, se saca el concentrado de mineral y eso va todo al puerto de Santa Fe y de allí a la exportación. En nuestro país no hay fundición -remarca Abel Viglione, economista de FIEL, en diálogo con FORTUNA-. EUos subdeclaran. Dicen que en el concentrado tienen tanto porcentaje, y listo. Pero eso es fácil chequearlo con un muestreo”. El mercado está dominado por las grandes empresas de bandera canadiense y australiana. En CAEM se sinceran cuando afirman que, por la dimensión de las inversiones, el negocio está cerrado a las empresas locales. Pero las chicas participan a su manera. “Hay una gran cantidad de mineras pequeñas, está lleno de gente que se dedica al cateo, descubre algo, pide la concesión y después la vende a las mineras grandes”, dice Viglione. El derecho comparado es una de las herramientas que blanden los hombres del Gobierno. Las diferencias con otras naciones mineras son notables. En Perú la estabilidad fiscal es de 15 años, en Honduras es de 10, y Chile tiene un impuesto sobre la utilidad de 20% y una escala de regalías de 4 a 9% sobre las ventas. La Cámara de Diputados ya calentó el músculo con YPF, dicen que en junio la pulseada será con Si un funcionario simboliza el “vamos por todo” que surca a toda la militancia del oficialismo, ése es Guillermo Moreno. El secretario de Comercio Interior se hizo famoso, allá lejos y hace tiempo, por ser “el custodio de los precios”. Poco a poco ganó fama como “un soldado” de Néstor y Cristina Kirchner. Pero ya desde el año pasado amplió su campo de acción. Se metió en el mercado cambiario ante una leve corrida contra el peso. Luego apareció fustigando a las petroleras, en lo que sería un anticipo de la expropiación de YPF. Y en paralelo, libró una batalla crucial en su ideario económico: que no falten dólares en la Argentina, que hoy depende fundamentalmente de la cotización de la soja. No es extraño, mientras el funcionario viaja por Brasil y Angola en misiones comerciales, que en Balcarce 50 empiecen a soñar con meter mano en lo que ganan las mineras. En definitiva, todo es por la misma causa.

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