Ante la falta de anuncio definitivo, en el Gobierno intentan mostrar que las negociaciones marchan bien. Dicen que la traba está en España por aspectos legales

Pasó fin de año y el acuerdo entre la Argentina y España por YPF no se resolvió, como habían vaticinado meses atrás en la administración de Cristina Kirchner. Por esa razón, desde el Gobierno intentan mostrar que las negociaciones siguen bien rumbeadas. Ayer el superministro Axel Kicillof fue el encargado de trasmitir el mensaje. En declaraciones a los medios, el comandante del Palacio de Hacienda aseguró que el convenio presentado por el oficialismo para compensar a Repsol por el paquete accionario del 51% de las acciones que tenía la petrolera en YPF y que le fueron expropiadas en abril de 2012, “marcha bien”. No obstante, ante la ausencia de un pacto definitivo, el funcionario reconoció que se trata de “un acuerdo complicado” de alcanzar.

“El acuerdo con Repsol, como se ha dicho, es un acuerdo muy complicado pero un acuerdo que está afortunadamente avanzando muy bien”, fueron las palabras del economista a la prensa.
Fuentes oficiales explicaron a El Cronista que el “obstáculo” está en España: funcionarios de ese país, directivos y abogados de Repsol no encuentran consenso para acordar algunos aspectos “legales” sobre todo. Pero, la propuesta argentina estaría aceptada en cuenta a lo económico, insisten en el entorno de Kicillof.

“Estamos en presencia de una empresa privada que tiene que hacer sus convenientes consultas, sus convenientes procesos de aprobaciones y entonces, una vez que tengamos una respuesta definida por parte de la empresa, lo anunciaremos convenientemente”, señaló Kicillof.

El Poder Ejecutivo y el grupo español llegaron a un acuerdo preliminar a finales del pasado mes de noviembre para sentarse a discutir los términos de la compensación, que comprenderá la entrega de títulos públicos argentinos, valorados según trascendió en unos u$s 5.000 millones a 10 años con una rentabilidad del 8,75%. Según la prensa española, la intención de los equipos negociadores siempre fue conseguir garantías de cobro. Por ese motivo, entre las exigencias figuraba la propuesta de que sea el Ciadi, del Banco Mundial el que vigile el cumplimiento del acuerdo.

Y es que la Argentina tiene como condición sine qua non que Repsol claudique a todas y cada una de las demandas que abrió en tribunales tanto locales como internacionales en contra de la Argentina, YPF e incluso de otras compañías, como Chevron, que se asociaron a la petrolera estatal. El Gobierno de Cristina necesita recuperar la confianza de los inversores extranjeros para acelerar el desarrollo de los enormes recursos de hidrocarburos no convencionales del país.

Consultado por la agencia Reuters, en Repsol prefirieron no realizar comentarios sobre las declaraciones del ministro. El acuerdo preliminar entre la Argentina y España establece que la compensación se realizará con activos líquidos. Repsol había valorado su participación en YPF en un monto superior a los u$s 10.000 millones.

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