EL CRONISTA, EDUARDO LAGUNA

Cerca de cerrar un programa de inversiones de R$ 350 millones en el país, Caterpillar entra en un nuevo ciclo de crecimiento, ampliando su foco de actuación en la captura de la demanda de máquinas para las actividades de minería y extracción de petróleo.

La empresa espera iniciar en abril la producción de locomotoras en Sete Lagoas, Minas Gerais, y -con la transferencia de las líneas de retroexcavadoras y cargadores de pequeño porte para una nueva fábrica en Campo Largo, en Paraná-comienza a trabajar en la expansión de líneas en el espacio abierto dentro del complejo industrial en Piracicaba, donde está la sede de la compañía en Brasil.

Paralelamente, el grupo prevé para los próximos dos años la introducción en el mercado brasileño de nuevas tecnologías de motores a gas de la recién adquirida MWM, además de la inauguración de una línea de generadores para la industria petrolera en Piracicaba. Esta última está prevista para el 14 de marzo.

En otro frente, trabaja para llevar a su red de distribuidores nuevos equipamientos de minería, segmento en el cual la compañía estadounidense amplió el poder de fuego con la compra de Bucyrus, finalizada en julio del año pasado. Su meta es llegar más cerca y facilitar la atención de clientes como la empresa Vale.

Caterpillar colocó los equipamientos de minería -como camiones y excavadoras-en el tope de las inversiones de u$s 4.000 millones previstas para este año porque actualmente opera por encima de la capacidad en esas líneas.

Sin embargo, no existe por el momento ninguna decisión de iniciar en Brasil la producción de grandes maquinarias utilizadas en las minas. Por ahora, la prioridad es completar la integración de Bucyrus y llevar sus equipamientos a toda la red de distribución.

“Una vez que se concluya eso, este año o en el comienzo del próximo, podremos comenzar a mirar la posibilidad de la producción local”, dijo Doug Oberhelman, presidente global de Caterpillar, que estuvo en Brasil la semana pasada.

El ejecutivo es optimista en relación a las perspectivas para la demanda de proyectos vinculados a la infraestructura, como la construcción de caminos, puertos y aeropuertos. Para Oberhelman, la capacidad de la industria mundial de equipamientos es insuficiente para hacer frente al consumo de los próximos años, considerando la velocidad de crecimiento en mercados emergentes y la recuperación, aunque lenta, de economías desarrolladas.

En Brasil, Caterpillar desembolsó casi u$s 200 millones para ampliar su capacidad en los últimos años, pero Oberhelman dijo que esas inversiones pueden ser insuficientes si se produce el aumento del consumo esperado. La dirección discute ahora cuáles serán los próximos pasos para preparar a la compañía a la demanda por bienes de capital después del Mundial de Fútbol-2014 y la Olimpíada de 2016.

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